Imagina que un grupo de amigos fumetas y amantes de los juegos de rol, a quienes llamaremos John, Josh, Brant y Chris, deciden formar un grupo. Imagina que se fuman unos verdes antes, y colocados (stoned) empiezan a tocar. Ahora imagina que estamos a finales de los años 80 y que esto ya ha pasado. Bajo el nombre de Sons of Kyuss (tomado del juego de rol Dungeons & Dragons), después de un breve periodo como Katzenjammer (resaca en alemán), John García (voz), Josh Homme (guitarra), Brant Bjork (batería) y Chris Cockrell (bajo) dieron salida a un nuevo género musical: el stoner rock.
Por Víctor Chano
La semilla de este género ya había sido plantada poco antes por bandas como Masters of Reality (seguro que os suena este nombre) en lo que se denominó desert rock, ligado a la escena musical de Palm Desert, California, y Tucson, Arizona. No en vano, las influencias de ambos géneros son las mismas, incluyendo grupos como Black Sabbath, Led Zeppelin o The Jimi Hendrix Experience, así como el consumo de alucinógenos y la psicodelia. Resulta difícil separar ambos géneros, y cuando hablas de uno de ellos inevitablemente hablas de ambos. Sin embargo, no pocos atribuyen la aparición del stoner rock a Kyuss, considerado incluso como el único grupo stoner puro en la historia del género.
Ya como Kyuss, la banda publicaría cuatro álbumes en cinco años, periodo de gran actividad en el que sufren varios cambios de formación, además de la inclusión de la firma de Chris Goss, guitarrista de Masters of Reality, como productor. Cinco intensos años en los que se puede apreciar la evolución de un estilo y el paso a la madurez de unos chicos que se traduce en un sonido cada vez más cuidado, y una composición y edición cada vez mayor y más compleja.
Wretch (Dali Records, 1991), el primer álbum de larga duración de la banda, incluiría entre sus once canciones cinco temas reeditados que ya habían visto la luz en un primer EP un año antes. Chris Cockrell abandona el grupo, aunque sigue figurando como compositor, y entra en su lugar el demente Nick Oliveri, quien ya había colaborado como guitarra en Sons of Kyuss. Este álbum debut se caracteriza por la presencia de canciones como Son of a bitch o Isolation, más gamberras y con un aire más punk, Black widow que viene a ser un blues con un solo no muy virtuoso y una letra no muy currada, y dos canciones que destacan por encima del resto, Stage III y The law. Mientras que la primera parece una marcha militar, cuyo nombre evoca al militarismo espacial de Starship Troopers, la última es sin duda la canción de mayor elaboración del disco, compuesta por Homme y Oliveri, con unos cambios de ritmo que llegarían a ser seña de identidad de la banda.
Si he hecho referencia a Starship Troopers para evocar al militarismo de Stage III no ha sido fortuito. Y es que las relaciones de Kyuss con la temática espacial y la cosmología son abundantes en sus letras, en nombres de canciones, y sobre todo en el título del segundo álbum, Blues for the red sun (Dali Records, 1992), clara alusión al quinto capítulo de la serie Cosmos de Carl Sagan, Blues for a red planet. Este álbum, en el que participa por primera vez Chris Goss como productor, es considerado piedra angular del stoner rock, y queda claro que estos chicos, que ya han llegado a la madurez, tienen algo importante que decir. Además, el éxito del momento les lleva a una gira de nueve conciertos como teloneros de Metallica en Australia. El disco abre con Thumb y Green Machine, y aunque es cierto que con un inicio tan potente lo lógico fuese que el resto del álbum decayese un poco, consigue salvar los muebles con canciones como Caterpillar March, Freedom Run, y Mondo Generator. Como curiosidad, John García es acreditado como compositor de las letras de cuatro canciones, Molten Universe, Apothecaries’ Weight, 800 y Capsized, que sorprendentemente son instrumentales, además de una última pista llamada Yeah de 4 segundos, en los que sólo suena esa palabra, por lo que es posible que sea la única aportación de García en la composición de todo el disco.
Su tercer trabajo, Welcome to Sky Valley (Elektra Records, 1994), está compuesto por 14 temazos repartidos en tres movimientos (en mi opinión, es el mejor álbum de la banda californiana). Scott Reeder entra en el grupo en sustitución de Nick Oliveri, quien por su cuenta monta su proyecto personal Mondo Generator. Mario Lalli, habitual en la escena desert con Yawning Man y Fatso Jetso, aperece acreditado en la canción N.O. . Destacan, sobre todo, las canciones Gardenia, la potente Supa Scoopa and Mighty Scoop, Demon Cleaner, y sobre todo Whitewater, incluida esa parte doo-wop al final de la pista.
En 1995 vendría …And the circus leaves town (Elektra Records), su último disco de estudio. Se produce un nuevo cambio de filas con la entrada del ex-Yawning Man Alfredo Hernández en sustitución de Brant Bjork, que pasó a integrarse en otra banda californiana de la escena, Fu Manchu. García vuelve a participar activamente en la composición de algunas canciones, El Rodeo, Gloria Lewis, y One inch man, quizás la canción más destacable del disco. Catamaran es un cover de Yawning Man, por lo que Mario Lalli vuelve a aparecer en este disco en los créditos junto al resto de integrantes de su banda. La última pista se compone de tres canciones separadas entre sí por silencios, Spaceship Landing, M’deea, y Day One, esta última de casi dos minutos de duración dedicada a Dave Grohl y Krist Novoselic tras el suicidio de Kurt Cobain en 1994.
Kyuss se separaría oficialmente dos años después, coincidiendo con la publicación de un split junto a Queens of the Stone Age, la que sería la nueva banda de Homme. La aportación de Kyuss se basaba en dos canciones, Fatso Forgetso y Flip the Phase (Fatso Forgetso II), de indudable calidad, y un cover de Into the Void, del álbum Master of Reality de Black Sabbath. Además, en el año 2000 se publicó Muchas gracias: The Best of Kyuss, un recopilatorio que incluiría los temas Un Sandpiper, Shine! y Mudfly, anteriormente publicados en diversos singles. A partir de este momento, Homme se aleja bastante de la escena, musicalmente hablando, con su nueva banda Queens of the Stone Age, aunque sigue participando en las Dessert Sessions, y colabora en otros proyectos como Them Croked Vultures o Eagles of Death Metal. Bjork sigue su propia senda, como Nick Oliveri, y García colabora en bandas como Hermano, Unida y Slo Burn, además de otros proyectos en solitario.
En 2011 García y Bjork se juntaron de nuevo bajo el nombre Kyuss Live!, junto a Oliveri primero, y Reeder después, con la idea de volver a tocar en directo y publicar algo nuevo. Homme se opuso, al que más tarde se uniría Scott Reeder (¿qué le pasa a este muchacho?), cuando le dejaron claro que no iba a pillar parte del pastel Kyuss Live! sin colaborar, y un juez vino a darle la razón. Tras el cambio de nombre surgió Vista Chino, y un álbum, Peace, que es un intento de ser lo mismo pero que no lo logra (aunque merece la pena escucharlo, ya que hay algunas canciones que sorprenden). Como tampoco son lo mismo Queen of the Stone Age (aunque tampoco lo pretenden), que resulta más un acercamiento sin aclarar por parte de Homme al pop, o al grunge, o a los dos, que a mí personalmente me agota. Tristemente, Kyuss se fue para no volver, en parte gracias al egoísmo de Josh Homme (y las pocas luces de Scott Reeder), pero al menos nos quedan sus discos, buenísimas canciones, y la posibilidad de escuchar algún tema en directo si vas a ver a Vista Chino, a John García por libre, o incluso a los insulsos QOTSA.