Rincones de Lisboa
Por Bernardo Cruz
Mosterio dos Jerónimos en Belém.
Bajo siete colinas, que son otros tantos puntos de observación desde donde se pueden disfrutar magníficos panoramas, se extiende la vasta, irregular y multicolor aglomeración de casas que constituye Lisboa.
Fernando Pessoa
El tranvía, auténtico emblema de la ciudad lisboeta.
Era como si pertenecieran a otro mundo, un mundo insoportablemente superficial cuyos parámetros no le merecían más que desprecio.
Pascal Mercier
Raíles del famoso tranvía de Bica.
Lisboa reclama tener siete colinas y eso, desde los tiempos de Roma, Jerusalén y Constantinopla, es una marca de nobleza. Sus ondulaciones siembran un poco de desorden en la ciudad. A Lisboa hay que contemplarla, pues, desde sus miradores.
Jaume Bartolí
Rótulo en un edificio céntrico de Lisboa.
Lisboa é luz boa
Lisboa é Pessoa (também é)
Lisboa tem chiado (também tem).
Lisboa,
Melody Garlot
Acogedor alto en el camino al Castillo de San Jorge en el barrio de Alfama.
Bien podría ser que Lisboa, contrario de lo que parecía, no fuera ciudad, sino mujer, y la perdición solo amorosa, si el restrictivo adverbio tiene cabida aquí, si no es esa la única y feliz perdición.
José Saramago
Escaleras y barandillas, junto a raíles y tranvías, omnipresentes en el Barrio Alto.
Lisboa, velha cidade cheia de encanto e beleza
Sempre a sorrir e tão formosa no vestir, sempre airosa
O branco véu de saudade
Cobre o teu rosto, linda princesa.
Lisboa antiga,
Amália Rodrigues
Para el viajero que llega por mar, Lisboa vista así, de lejos, se erige como una bella visión de sueño, sobresaliendo contra el azul del cielo, que el sol anima.
Fernando Pessoa
A noite é cega e as sombras de Lisboa
São da cidade branca a escura face
Lisboa é mãe solteira.
Sérgio Godinho
Lisboa revolucionaria en las fachadas.
Lisboa contracultural en las señales.
Arco da Rua Augusta, atisbando a la Praça do Comércio desde las alturas.
Padrão dos Descobrimentos, en Santa Maria de Bélem.
Caminando hacia la paz por las calles lisboetas.
Vista del Río Tajo y del Ponte 25 de Abril desde Bélem.
Quem nunca viu Lisboa, não viu coisa boa.
Dicho popular
Lisboa não parou a noite inteira
Boêmia, estabanada, mas bairrista
Foi à sardinha assada lá na feira
E à segunda sessão de uma revista.
Lisboa à noite,
Amália Rodrigues