Paciencia, serie B gráfica

La paciencia tiene más poder que la fuerza, según decía Plutarco de Queronea. Así que ármate de paciencia. Paciente, del latín patiens, que sufre y que aguanta, sobre todo contratiempos e injusticias. Paciencia, la madre de todas la ciencias. Paciencia es pulp, pop, psicodelia, ciencia ficción y serie B. Paciencia es una historia de amor y una obsesión, la última novela gráfica de Daniel Clowes, una obra maestra presentada en España un mes antes que en EE.UU. gracias al trabajo de la editorial riojana Fulgencio Pimentel. Clowes (autor de otras obras del cómic alternativo como Ghost World o Wilson) publica tras cinco años de desarrollo esta historia en la que se mezclan thriller y drama, una aventura temporal basada en un amor obsesivo y eterno, en la que un perdido e imprudente protagonista busca cambiar su destino.

¡Alerta de spoilers!

Por Víctor Chano

Paciencia por Clowes

Paciencia es la coprotagonista de esta historia, una persona inteligente y con aspiraciones pero atormentada por un pasado del que no consigue huir. Por suerte no está sola. Su marido Jack Barlow está con ella, y pondrá todo su empeño para que Paciencia no tema por el futuro que vendrá, para que el hijo que ambos esperan nazca sano y poder darle una vida digna. Porque él ama a Paciencia, y sabe que Paciencia siente lo mismo por él. Pero, por desgracia, siempre habrá elementos que estén fuera de nuestro control, y la historia de amor entre Jack y Paciencia se trunca por sorpresa y de manera violenta. Jack se queda terriblemente solo en el mundo, vagando hacia un futuro sin esperanzas y deprimido, y con Paciencia viviendo únicamente en sus recuerdos.

Un buen día, ya en ese futuro, es consciente de la existencia de un método gracias al cual podría viajar en el tiempo, y sin dudarlo se lanza a una aventura descontrolada a través del tiempo y el espacio con la intención de evitar aquel traumático suceso que le arrebató a Paciencia y arruinó su vida. En ese viaje retrospectivo Jack conocerá mejor a Paciencia, su oscuro pasado y el origen de sus miedos, al tiempo que desempeñará un papel necesario y fundamental para el transcurso de toda la historia. Veremos como Jack se consume a medida que crecen sus frustraciones, volviéndose cada vez más violento e impredecible, y lo que debía ser un trabajo simple acaba complicándose por la espontaneidad y la locura de sus acciones.

Cierto es que viajar a través del tiempo nunca fue tarea fácil. Todos sabemos que cuando se viaja en el tiempo no hay que tocar nada, no se debe intervenir en ningún evento para no cambiar el curso de la historia. Pero también sabemos que eso sería prácticamente imposible, por no decir inevitable, y solo nos quedará la incertidumbre sobre qué implicaciones tendrán nuestros actos en ese nuevo futuro que vendrá. ¿Más, o menos nuevo? En Paciencia, el ciclo de viajes intertemporales es iniciado y concluido con la historia en sí misma, para que todo se mantenga en un equilibrio cósmico, y todo suceda como debería haber sucedido.

Y en ese instante lo vi todo claro: yo no había metido la pata en nada. Todo, hasta la última chorrada, había sucedido por un motivo. Si yo no hubiera acabado aquí, Wolfe nunca habría escrito el artículo que permitió a Bernie hacer su descubrimiento. No podría haber sucedido de otro modo. No era yo el puto fantasma que vagaba por el pasado, era todo lo contrario. Este mundo era frío, estaba muerto. Yo era carne sólida y cartílago de camino a una reunión familiar.

Paciencia Novela Gráfica - Maldita Cultura Magazine

Viñeta de Paciencia, de Daniel Clowes.

Un ouroboros del espacio-tiempo, que deja la línea temporal en una nueva casilla de salida, pero no para él, el viejo Jack Barlow, si no para el joven Jack que no sabe por dónde le da el aire. Si nuestro bagaje en cuanto a historias de viajes en el tiempo es más o menos completo (bastaría con haber visto Terminator), empezaremos a inferir posibles desenlaces hasta tener uno más que claro, y cuando nos acerquemos al final de la historia osadamente pensaremos que ya sabemos cómo va a acabar. Pero Clowes, que es un genio y nosotros deberíamos asumir cuanto antes que no lo somos, y mucho menos a su nivel, nos tira ese final a la cara dos páginas más adelante, pidiéndonos amablemente que nos relajemos y disfrutemos de lo que queda.

Estilo Clowes

Paciencia es una historia positiva y optimista. Pero no debemos olvidar que los personajes creados por Clowes son personas que viven en el abismo, trastornados y fracasados con grandes heridas psicológicas muchas veces debido a sus complejos y su propia ineptitud. Los personajes que habitan esta novela gráfica, en todas sus líneas temporales, ya sea pasado, presente o futuro, cumplen claramente el estereotipo de “personajes Clowes”, con sus traumas y frustaciones. Y Paciencia y Jack no iban a ser menos.

Parece que Clowes nos deja a mano la idea de que el amor, incluso obsesivo, podría llegar a salvarnos en ciertas ocasiones. Pero no dejemos de lado que la actitud, a menudo violenta, generada por esa obsesión termina siendo parte fundamental de las inseguridades de Paciencia, que se ve arrastrada a la depresión, la paranoia y la locura. Una obsesión personal que empuja tu cuerpo al vacío de un agujero de gusano, a un campo de antipartículas, a las probabilidades de las paradojas temporales, y al plegamiento del plano del espacio-tiempo.

Me pone enfermo esta puta mierda de ciencia ficción. Me estalla la cabeza de tanto imaginar desenlaces, de buscar soluciones a acertijos sin respuesta. Solo quiero que todo acabe de una puta vez.

Por Víctor Chano

Homínido sin pretensiones. Sigo buscando al cocopato. La vida, no me hables de la vida.
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