Yo no soy creyente, soy ateo. Y eso que no me gusta tener que identificarme así. ¿Por qué tengo que decir que no creo en tal o cual historia o que soy ateo, cuando otros no se identifican como religiosos o creyentes? Según la RAE, ateo es “que niega la existencia de Dios”. Científicamente hablando, ni siquiera puede negarse. Pero es que tampoco me interesa negarlo. Yo no tengo que negar nada o a nadie, no es mi misión. Son otros los que deberían estar interesados en probar esas historias. Si partiésemos del Génesis, desde un punto en el que la religión no fuese el meme tan poderoso que es hoy día (y entendamos por meme aquello que Richard Dawkins nos contó en su libro El gen egoísta, y no una foto de gatitos en internet), digamos que si alguien quiere que me una a su fe debería convencerme de que lo haga, y debería esforzarse mucho si quiere que lo haga sin evidencias físicas y/o científicas, y yo jamás tendría que identificarme como ateo en caso de que no me convenciese.
Por Víctor Chano
Siguiendo al meme
Aún así, entro en la trampa y os digo que soy ateo, para que me identifiquéis como alguien que no cree, y no agnóstico, que suena así como más light, sino ateo. ¿Y por qué un ateo debería estar interesado en La Biblia? El astrofísico Neil deGrasse Tyson (algunos le conoceréis por haber hecho un remake de la gran serie Cosmos de Carl Sagan) dijo que cualquier persona inteligente debía leer la Biblia “para aprender lo fácil que es que otros nos digan cómo y qué pensar, y nosotros creamos que estamos pensando por nosotros mismos.”
Me vale, esta podría ser mi razón para estar interesado en La Biblia, con la salvedad de que a la hora de la verdad no me apetece meterme entre neurona y neurona semejante tostón. Pero hace poco caí en la cuenta de que Robert Crumb (El gato Fritz, Mr. Natural, Weirdo), maestro yankee del cómic costumbrista underground (¿se puede ser todo eso…?), había sacado en 2009 su propia versión de El Génesis, que corresponde al antiguo testamento dentro de La Biblia, y coincide con el primer capítulo, en su mayor parte, de los cincos que componen la Torá o Tanaj judía.
[…] Yo, R. Crumb, el ilustrador de este libro, he intentado lo mejor que he podido reproducir todas y cada una de las palabras del texto original, extraído de diversas fuentes, incluida la versión del Rey Jaime, pero sobre todo la reciente traducción de Robert Alter «The five books of Moses» (2004) […]
Robert Crumb fue educado en la fe católica, pero con 16 años comenzó a indagar y a hacerse las preguntas pertinentes que le condujeron al abandono de la fe. Hoy día se declara como espiritual y agnóstico (y no ateo), y en la introducción de su Génesis nos habla del respeto que le inspira esta obra religiosa, y como se controlaba y obligaba a ser fiel a los textos que pocas veces reinterpretó, incluso “dejando la a veces enrevesada vaguedad del texto.”
¿Y dónde está la gracia del libro de Crumb? Pues obviamente en la ilustración, ya que la tarea del autor estadounidense fue hacer una representación lo más fidedigna posible de un texto que ha sido alterado en cada versión, adaptado más a la interpretación de cada sacerdote encargado a ello que al contenido original. Crumb exime a La Biblia de ser «la palabra de Dios» para ser «la palabra del hombre», e intentó respetar ese contenido introduciendo incluso elementos rescatados de estudios realizados sobre fragmentos perdidos del Génesis original, que según él mismo enriquecen el contenido de sus dibujos. Y por supuesto, con la iglesia habríamos de topar, una representación fidedigna del contenido del Génesis debe incluir desnudos, escenas sexuales, o crímenes de manera realista, lo cual no iba gustar a todos los feligreses.
[…] Si mi interpretación literal y visual del Génesis ofende a algunos lectores, lo que parece inevitable considerando que el texto es reverenciado por mucha gente, sólo puedo decir en mi defensa que me he aproximado a él como un trabajo meramente ilustrativo, sin intención de ridiculizar nada ni hacer bromas visuales. Dicho esto, sé que no puedo gustarle a todo el mundo […].
Crumb es Dios
Pero no debe preocuparse Crumb de esto, ya que su Génesis se encuentra entre los libros religiosos más vendidos según las listas que elabora Amazon de acuerdo al número de ventas. Algo parecido a lo que le ocurrió al ultrarreligioso (este sí) Mel Gibson con La Pasión de Cristo, que aunque recibió críticas por ser una representación tan dura y sangrienta de la muerte de Cristo, contó con el beneplácito y apoyo de las organizaciones evangélicas más conservadoras. Estoy seguro de que Gibson duerme mejor desde entonces.
No mezclemos en un mismo texto a Gibson con Crumb, es muy injusto para el historietista estadounidense. Como decía, me atrevería a decir que El Génesis según Robert Crumb es una obra friendly, para lo que nos tiene acostumbrado la iglesia (gospel aparte), y muy recomendable para quien tenga curiosidad sobre esta obra religiosa, la mayor historia de ficción jamás contada, demasiado venerada y al tiempo demasiado utilizada para beneficios propios.
Personalmente, no me interesa lo que gente pueda creer o no, siempre y cuando lo limiten a sus círculos íntimos, sus casas y sus grupos o asociaciones (como si de un club de fumadores se tratase), paguen su IBI, no influyan en política, y en educación no quieran colarnos como teorías científicas eso del diseño inteligente. Pero ya es demasiado tarde para todo aquello que implique al meme más grande que el hombre haya creado.
Viñetas del Génesis de Robert Crumb.