No, no existo como alfiler de curvas, todavía no soy la elección astral del druida, la azul mancha invisible en la camisa de los elegidos. Aún encuentro a la niña cabalgando, sigue la eterna, en mí, más podredumbre. Continúa la liendre, más caída, más varado silencio y mar y todo verde. Más aún, en las noches de tea un ojo contra el mundo. Y sé, sin carne ni esqueleto, que nunca fui tan poderosa, como cuando me supe hecha ceniza.
Más Perficciones
Por Diana Forte
"La literatura, como todo arte, es la demostración de que la vida no basta." Fernando Pessoa