Pocos grupos tienen la suerte de gozar del cariño y del respeto por parte del público tanto como Maniática. Desde su aparición, a finales de los ochenta, la banda de Villena (Alicante) ha sabido calar profundamente en todas esas generaciones que asistieron al desarrollo y a la popularización, siempre por la puerta pequeña, de todos esos grupos que generaron el movimiento del rock combativo a nivel estatal. No fueron los primeros -el rock radical vasco ya llevaba alguna década de ventaja- pero siempre se sentaron entre los grandes, entre los veteranos. Quizás sean sus memorables canciones, o su coherencia ideológica, o su enorme carisma o la autenticidad que desprenden; pero te será difícil encontrar a alguien que, conociéndoles, no haya sucumbido a su encanto. Aunque sobre gustos ya se sabe lo que dicen. Aun así, y a pesar de ser uno de los grupos más injustamente infravalorados de nuestra escena musical, apuesto mi Telecaster a que nadie será capaz de negarles, al menos, un sincero reconocimiento a su importancia dentro del rock patrio y a su calidad, tanto musical como humana.
Por Manuel Nuño
Para muchos seguidores, y para el que escribe estas líneas -por si aún no lo has notado-, Maniática es algo más que un un simple grupo de punk-rock. A su lado, conviven recuerdos y sentimientos de una época en la que muchos descubrimos los conciertos y los festivales. Una época en que la música te llegaba del boca a boca y se pirateaba en cintas de casete. La revista Tipo era casi la única referencia que teníamos de la música más underground y cercana, y los que teníamos grupos tratábamos, con más o menos éxito, emular e incluso nos atrevíamos a hacer versiones de esas bandas que tanto disfrutábamos su influencia, Maniática entre ellas, por supuesto.
La banda de Javi Chispes siempre tuvo -y tiene aún- ese halo de grupo de culto. Sus pocos discos y los continuos «parones» -con alguna que otra separación que parecía ser definitiva- le ayudaron a tejerse el traje de grupo maldito. Ignorados constantemente por la industria, sin apenas promoción de ningún tipo, han conseguido mantenerse, pese a todo, en el imaginario colectivo gracias a la fidelidad y entrega de sus seguidores. Cosa que no era nada fácil, pues no todos sus trabajos contaban siquiera con un formato digital que le ayudara a perpetuarse en el tiempo. Basta volver la vista atrás para ver cuántas grabaciones analógicas, de grupos que se suponían conocidos, se han perdido para siempre culpa de la inevitable falta de calidad que acarreaba no disponer de mejores medios. Maquetas e incluso discos de los que las respectivas copias han ido desapareciendo con el paso de los años, disolviéndose en un tiempo que no se detiene. Hoy en día, a parte de una mejoría en cuanto a los medios de grabación, todo queda registrado inmediatamente en la red de redes. Es suficiente poner el nombre de tu grupo favorito en Google o Youtube para saber al instante si existe o no y, casi seguro, poder escucharlo. Muchos no lo consiguieron. Sus seguidores los olvidaron o simplemente no llegaron a tiempo. Por suerte -o más bien, por méritos propios- la leyenda de Maniática, lejos de apagarse, se ha ido avivando y manteniendo durante todos estos años. Despacito, del boca a boca, por la puerta pequeña, como siempre.
El pasado 9 de febrero (2015), Maniática emitió un comunicado oficial en el que nos anunciaba su regreso. Una vuelta «sin fecha de caducidad» y con la formación original: Ama, Chato, Viri, Javi Chispes y Txispín. Ya hay nuevas fechas confirmadas y todo apunta a que en breve también escucharemos nuevo material. Como se podrá intuir, la noticia ha generado bastante ilusión. El deseo de volver a ver y de escuchar a esta mítica banda nos ha convertido en seres impacientes, pero a la vez, nos sentimos afortunados. Un regalo inesperado por el que estamos enormemente agradecidos.
Para quien todavía no se haya enterado de qué va todo esto, y como humilde homenaje a uno de los regresos más ansiado y esperado, haremos un pequeño recorrido por los cinco trabajos que componen, hasta el momento, su discografía.
Maniática en sus inicios. Fotografía por cortesía de Maniática y Laura Torres Gandía.
Todo comenzó en el año 87. Tras ganar un concurso local graban sus primeras dos canciones: El parado y la cocina sin pagar y E-C-O-L-Ó-G-I-C-O-R-O-C-K-A-N-D-R-O-L-L. Un año después, graban su primera maqueta: Vitaminas A. Ambos trabajos quedaron reunidos en un mismo LP en 2001, bajo el sello Illa Records, manteniendo el mismo nombre de la maqueta. La formación original es la siguiente: Vicente Ortega «Viri» (voz), Javier Ruiz «Chispes» (guitarra y voz), Amador Fernández «Ama» (guitarra), Luis Miguel Ruiz «Txispín» (bajo y voz) y Paco Fernández «Chato» (batería). En este trabajo queda patente su peculiar visión del rock. Un rock con guitarras bastante elaboradas y que no teme acercarse a otros estilos como el reggae o el ska -saxo incluido-, aunque de momento no tanto como en posteriores trabajos. 18 temas en los que cabe destacar clásicos como ¿A ti qué más te da?, ¿Quién es aquí el terrorista?, Números de plástico, Sudáfrica o la siempre entrañable Pepino.
En 1989 Viri abandona el grupo. Javi Chispes le sustituye como vocalista sin renunciar a la guitarra. Ese año grabaron un primer álbum titulado Maniacrítica, aunque este trabajo no vio la luz hasta bien entrado el noventa. Por alguna o varias razones este disco no tuvo muy buena acogida. Tal vez fue el formato vinilo en el que fue editado en un primer momento, aunque hoy en día se ha convertido en una codiciada pieza de colección para los más incondicionales. Posteriormente, también fue reeditado por Illa Records en cinta de casete y en CD. No hay dudas de que es un gran disco, en el que amplían un poco más sus registros estilísticos. Compuesto por catorce temas, en los que se puede apreciar el acercamiento a distintos géneros musicales como el blues -Blus social, con su amigo Brasi a la armónica- o la balada heavy –Por ti, de más de ocho minutos de duración-, y por supuesto el punk. Entre canción y canción se puede escuchar a los músicos hablando en las sesiones de grabación. Esto, sumado a una calidad de sonido más bien pobre, confieren al disco una atmósfera un tanto sucia y oscura. Al igual que en el anterior trabajo, las letras versan sobre denuncia social, crítica al poder y alegorías de la vida. Entre mis temas favoritos -a parte de los ya mencionados- están: Mujer, Entre los barrotes, El caso del mendigo sin manta, Mañana lo verás y Nuestra suerte y la suya (en realidad metería alguno más pero creo que estos son bastante representativos).
Nos plantamos de golpe en el 92, año en el que Sevilla celebraba su polémica, aunque exitosa, EXPO´92. Aquella bochornosa conmemoración de la masacre y el saqueo al continente americano pilló de lleno a la banda, que ya sin Ama, entraron a grabar, precisamente en Sevilla, lo que sería su segundo disco: El lado oscuro. Las protestas y manifestaciones que se concentraron en la ciudad hispalense el día de la inauguración de la exposición universal influenciaron enormemente la grabación, hasta el punto de dedicarles el último tema del álbum: Poder. Tampoco es casualidad que se grabaran títulos como Cristóbal Colono o La balada de la EXPO. Este disco se inclina más aún al sonido y a la energía del punk-rock, sin olvidarse de su personal y característico ska. Composiciones y letras algo más elaboradas que las anteriores y un sonido de notable mejor calidad, convierten este tercer trabajo en un álbum casi perfecto. Sin duda uno de los mejores. En él podemos encontrar sorpresas como Playa arábiga -canción instrumental- o Eres libre -genial versión de Redemption Song, de Bob Marley-. 16 canciones que son 16 himnos, entre los que están algunos de los temas más míticos y reconocidos de Maniática. Entre ellos, no podemos dejar sin mencionar: Lo que nos queda, Venta segura, Según convenga, Teledroga, Color de corazón y el que para muchos es uno de los temas más completo, emotivo y transcendente de toda su trayectoria: Poder.
A estas alturas, el grupo gozaba ya de reconocimiento y respaldo por gran parte del público. En ese tiempo comienzan a gestarse proyectos personales y distintos a Maniática, como por ejemplo La Furia -grupo cover de The Clash que obtuvo estupendas críticas-, o el trabajo como cantautor en solitario de Javi Chispes: Caperucita y la guerra. Parecía que el grupo se encontraba en un buen momento creativo, pero lo que pasó es que Maniática estaba pidiendo un descanso. En el 94 decidieron separarse. Pero antes, se propusieron cumplir con todos los conciertos que tenían contratados con anterioridad, así que siguieron tocando durante poco más de un año. En ese tiempo surgieron nuevos temas que, a modo de despedida, grabaron en formato de casete (solamente). En 1995 sacaron a la luz, esta vez con el sello El local, su primera discográfica: ¡Pero que no sea el último paso! Trece canciones que de alguna manera son un recordatorio de toda su trayectoria. Del Vitaminas A registran un par de autoversiones del tema Muy mal rollo –Muy mal rollo II y Muy mal rollo III-, y del Maniacrítica vuelven a la carga con el theme song de La pantera rosa titulado: Elecciones rossa. Un trabajo repleto de canciones inmortales como La llave, Y más tiros, Zapatero a por tus zapatos, Despierta antifascista o la emotiva y genial Brasi, homenaje póstumo al amigo que ponía la armónica en el Blus social.
Con un sonido más cercano a El lado oscuro, enérgico y muy cañero, muy cerquita del punk-hardcore en algunos momentos, Maniática nos dejaba con esta «última» grabación un estupendo sabor de boca.
Y ocho años duró la espera. Una espera sin demasiadas esperanzas, pues no estaba del todo claro que volvieran a juntarse. Pero lo hicieron. Y de la mejor manera posible: con la formación original -Viri incluido- y en el Matarile del Viña Rock 2003. Pocas veces he sentido tanta expectación por ver a un grupo sobre un escenario. Maniática no defraudó en absoluto, dando un concierto del todo memorable. Su regreso vino acompañado de un nuevo disco recopilatorio que incluía 24 canciones: 20 temas extraídos de todos sus anteriores trabajos y cuatro temas inéditos, de entre los que destacaría Hay mucho por hacer. Estas canciones ganan, con esta nueva grabación, mayor calidad y limpieza de sonido. Esta mejoría se hace mucho más patente en los temas más antiguos. Mañana lo verás, Entre los barrotes, Esto es un gran sitio o El parado y la cocina sin parar -entre otros- se benefician del brillo conferido por una grabación en notables mejores condiciones. Es agradable redescubrir estas míticas canciones que pedían a gritos una revisión técnica que le hicieran justicia. Sin embargo, siento que en otros temas, en los de su última etapa mayormente, esa revisión de sonido ha jugado en su contra, haciéndoles perder algo de fuerza y sentimiento, como por ejemplo en Y más tiros, Lo que nos queda -siempre preferiré la versión del 92-, Zapatista -antigua Zapatero a por tus zapatos– o Poder, aunque debo decir que el solo de guitarra en esta nueva versión es realmente espectacular.
Poco después volvieron a desaparecer del mapa y casi todos desechamos definitivamente la idea de volver a ver junta otra vez a la mítica banda. Javi Chispes continuó con su afamado proyecto paralelo, Banda Jachís, y con el paso de los años, nos resignamos a creer que esta última ruptura sería la despedida definitiva. Afortunadamente -como ya sabéis-, están aquí de nuevo. Así que levanten sus jarras y brinden porque, hermanos, hay mucho que celebrar. No sabemos cuánto durará esta nueva aventura ni hasta dónde serán capaces de llegar esta vez, o si sus canciones mantendrán intacto el buen gusto musical y el mismo espíritu combativo; pero hay algo que sí sabemos, y es que recibirán todo el calor y entusiasmo que se merecen por nuestra parte. ¡Larga vida a Maniática!